13 de abril de 2010

LA MINERÍA INFORMAL EN EL PERÚ

El presente artículo lo dedico a todos los peruanos que trabajan en la actividad minera en condiciones inhumanas, explotados y marginados en sus derechos a la libertad, a una justa remuneración, a la salud, educación y acceso a la información. Estos peruanos marginados los encontramos también en la actividad minera mal llamada “formal”.

Se calcula que las pérdidas económicas que generaría la minería informal en el Perú ascenderían a 600 millones de dólares a la fecha, incluyendo los impuestos que no recibe el Estado Peruano así como el monto que se deja de aportar al canon minero. El tema de la minería informal o artesanal es complejo, se requiere buscar soluciones que sean viables y sostenibles para todos los actores involucrados. Actualmente, el MEM cuenta con un fondo de cuatro millones de nuevos soles, que lo ejecuta a través del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), enfocado a apoyar la iniciativa de los gobiernos regionales para formalizar a esta clase de minería.

De acuerdo con la normativa legal son los gobiernos regionales, los responsables en este tema, no obstante, siempre es necesario que el Gobierno Central muestre su apoyo de alguna manera.

El presidente del Comité de Asuntos Ambientales de la Sociedad de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Carlos Aranda, precisó que actualmente existen 13 regiones identificadas en el país, donde se desarrolla prácticas de minería informal e ilegal.

La minería informal es una actividad económica que se realiza principalmente en cuatro zonas geográficas en el Perú: Madre de Dios, Sur Medio (Ica, Ayacucho y Arequipa), Puno y La Libertad. Se estima que en estas cuatro zonas alrededor de 20,000 a 30,000 personas se dedican a esta actividad.

La diferencia en cifras tiene que ver con la inclusión o no de trabajadores estacionales y/o a tiempo parciales y con los estimados sumamente conservadores que dan los organismos oficiales.

Las cuatro zonas de minería informal tienen problemas comunes como la pobreza de los asentamientos mineros, el deterioro del medioambiente y de las condiciones de salud y la presencia del trabajo infantil; pero también es cierto que tienen características particulares.

En primer lugar, Madre de Dios, departamento que colinda con Brasil y Bolivia y en el que se ubican zonas de gran biodiversidad, concentra la mayor producción de oro aluvial y el mayor número de mineros informales en el país.

Las operaciones mineras no pueden ser consideradas como artesanales porque el nivel de mecanización y, por tanto, de inversión en capital es bastante alto, comparable con operaciones formales de pequeña, e incluso, mediana minería. Hasta antes de la intervención del Ministerio de Energía y Minas, a través del Proyecto MAPEM, Madre de Dios era el centro de la actividad minera informal o “incontrolada”.

En segundo lugar, la zona del Sur Medio conglomera los departamentos de Ica, parte de Ayacucho y Arequipa. Alberga más de 60 poblados mineros que explotan yacimientos primarios de oro. En esta zona, que alguna vez fue agrícola, la minería artesanal ha atraído a una gran cantidad de desplazados de las zonas de violencia y representa la principal actividad económica. La mayor parte de las operaciones utilizan tecnologías rudimentarias, con escasa mecanización. En el Sur Medio, el tipo de mineral existente define el proceso productivo y las relaciones entre los mineros y otros agentes productivos.

En tercer lugar, en el departamento altiplánico de Puno, la minería artesanal se realiza a grandes altitudes sobre el nivel del mar, al igual que en la parte baja de los flancos orientales de la cordillera.

Esto incide en que se exploten yacimientos primarios y yacimientos aluviales. Este departamento tiene la segunda concentración mayor de mineros artesanales después de Madre de Dios. Las operaciones mineras se realizan en las labores abandonadas por Minero Perú, en zonas de glaciares y en zonas de monte cercanas a los ríos (morrenas). Por lo tanto, conviven operaciones con tecnología muy rudimentaria con aquellas que son un poco más mecanizadas, pero sin llegar al nivel que tienen las operaciones de Madre de Dios.

Finalmente, en La Libertad, departamento ubicado en la sierra norte del país, la minería artesanal se realiza principalmente en las labores abandonadas de empresas mineras. De las cuatro zonas mineras artesanales, ésta es la menor, tanto en producción como en concentración de mineros. Asimismo, es la zona en la que se tiene la menor información.

A pesar de estas diferencias entre cada una de las zonas mineras, todas comparten una serie de problemas comunes. El primero es el gran impacto ambiental que ha generado esta actividad. La contaminación por mercurio es el principal problema que sufren estas cuatro zonas mineras. El uso indiscriminado y mal manejo de esta sustancia hacen que se pierdan anualmente alrededor de 105 toneladas de mercurio en forma líquida y gaseosa. La erosión se convierte en uno de los principales problemas en las zonas semi-tropicales como Madre de Dios y Puno. Los grandes movimientos de tierra que hay que efectuar para explotar el mineral aurífero impiden que la vegetación se regenere, impactando así en el ecosistema. La contaminación de los cursos de agua, especialmente en Madre de Dios y Puno, se da por el mal uso de sustancias químicas como el mercurio, combustibles y lubricantes, entre otros.

Otro gran problema que se presenta en todas las zonas mineras es la poca seguridad y el deterioro de la salud ocupacional del minero. Debido a la precariedad de esta actividad, los mineros no suelen utilizar equipos o implementos de protección ni seguir prácticas de seguridad que son obligatorias en la minería formal con lo cual se exponen a una serie de accidentes que pueden ser fatales. Si a esto se une que los poblados mineros no cuentan con centros de salud equipados para atender este tipo de accidentes, el grado de peligrosidad de un accidente aumenta por falta de atención. Por otro lado, la falta de protección expone a los mineros a una serie de sustancias y situaciones que perjudican su salud.

La exposición al polvo dentro de los socavones ocasiona afecciones bronquiales, asimismo los ruidos y vibraciones generan daño en el sistema nervioso. El esfuerzo excesivo genera lesiones en la columna. La exposición constante al mercurio gaseoso durante el refogue de la amalgama un envenenamiento crónico que produce síntomas como convulsiones, dificultad al hablar, falta de concentración, úlceras, inflamación de la vejiga, cólicos y vómitos, entre otros.

El trabajo infantil es otro de los grandes problemas que se presentan en la minería informal. Los bajos ingresos de los mineros hacen que los niños tengan que trabajar para complementar los ingresos familiares poniendo en peligro su salud y limitando su educación y desarrollo futuro. Los niños suelen participar en casi todas las etapas del proceso minero y, por lo tanto, se ven expuestos a casi todos los riesgos a los que se enfrentan los adultos. Adicionalmente, su dedicación al trabajo reduce el tiempo que dedican a la educación, más aún si los poblados mineros no suelen contar con una buena infraestructura educativa.

Dado el desamparo en el que se desenvuelven, una de las grandes preocupaciones de los mineros informales es mejorar su organización. Por otro lado, la ilegalidad de las operaciones mineras artesanales y los conflictos que ésta genera, está obligando a los mineros a organizarse de diferentes formas para poder llegar a acuerdos con otros agentes y para convertirse en titulares de los yacimientos que explotan.

El tema de la legalidad no sólo es una preocupación de los mineros sino que es una de las prioridades que debe atender la política pública. La actual Ley de Minería tiene un tratamiento homogéneo para todos los estratos mineros y ni siquiera reconoce la existencia de los mineros artesanales. Esto impide la formalización de las operaciones mineras artesanales porque sin un esquema promocional para este estrato los costos de formalización son demasiado altos.

El Estado ha tomado la iniciativa para formalizar las operaciones en Madre de Dios ya que por su alto nivel de mecanizaciónpueden asumir dichos costos y requerimientos para su funcionamiento. Asimismo, el Estado junto con otras instituciones está preparando una modificación de la ley minera para que tanto la pequeña minería como la minería artesanal tengan mecanismos necesarios para que la actividad minera en estos estratos sea sustentable.

El interés por la minería artesanal ha ido en aumento en los últimos diez años. Diversas instituciones públicas, privadas e internacionales están impulsando iniciativas y propuestas de apoyo para este sector. Las iniciativas han pasado por una primera etapa de diagnóstico, de recopilación de información y de intervención localizada. En la actualidad, se reconoce la necesidad de trabajar con una visión integrada y tomando a la minería artesanal en su conjunto para poder facilitar el diseño de políticas públicas. Esto no significa, sin embargo, que se deje de lado la intervención localizada en los diferentes poblados mineros. Esta seguirá siendo parte importante de las iniciativas que se tomen a favor de este sector y tendrá que incorporar una serie de metodologías y enfoques que han mostrado
resultados positivos en los últimos años.

REFERENCIAS
Aquino, Alfredo, Celso Cajachagua, y Inés Bouchard (2001). "Situación de los mineros artesanales auríferos del Sur Medio (Ica, Arequipa, Ayacucho).": Nazca.
Chaparro, Eduardo (2000). "La llamada pequeña minería: un renovado enfoque empresarial," Serie Recursos Naturales e Infraestructura 9, CEPAL. Santiago de Chile.
COOPERACCION (1999a). "El riesgo de ser niño: causas y efectos del trabajo infantil en la minería artesanal," Material de Capacitación COOPERACCION - IPEC/OIT - AECI. Lima.
Martínez, Zoila (1999). "Proyecto Mollehuaca: elementos para el desarrollo sustentable de la minería artesanal aurífera de la Costa Sur del Perú.": 24: Lima.
Medina, Guillermo (2000). "Promoción de la Pequeña Minería.". Ministerio de Energía y Minas: Lima.

3 comentarios:

Germán Ortiz dijo...

Gracias por el mensaje. Usted está contribuyendo a la información y conocimiento.

Un saludo,

Germán Ortiz, Trujillo-Perú

luis dijo...

me gustaria el que escibe trabaje ahi y sepa la realidad

Anónimo dijo...

Décadas y décadas de mediocridad solo se solucionan con una reforma del estado.
Los malos catedráticos de las universidades son los intermediarios de las grandes empresas, que promueven la informalidad, dándoles el asesoramiento financiero y herramientas necesarios. (Política del mal mayor) Negociando hasta con la salud de las personas